jueves, 3 de noviembre de 2011



2 comentarios:

NN dijo...

Permisoooo…
Me aventuró porque se comentan que el blog de Rocío volvió al ruedo; más bien que Rocío no dejó nunca de dibujar pero que se acordó de aquellos que no tenemos Facebook.
Bueno, en verdad me permito pasar porque alguien me invitó. Así que me dispongo a blablear un poco.

Lo primero que debo hacer es felicitar a la Anfitriona de este espacio por su reapertura –de ella que se brinda con sus dibujos y del blog soporte virtual para tal menester-.
Lo segundo que debo hacer es hablar de las imágenes que la Anfitriona tan gentilmente ha decidido compartir. Y sin escatimar palabras, viejo vicio de quien pasa por pasar. Intentando tener contenido, difícil empresa. Es cosa mala un monosílabo por respuesta cuando cualquiera que concibe una obra sabe, precisamente, que obrar es un proceso laborioso que busca interpelar a alguien; sería injusto –tal vez no injusto, tal vez descortés- que al brindar algo no exista del otro lado una reciprocidad en la devolución, como es debida.
En fin.

Estoy gratamente sorprendido. Particularmente por estos nuevos trabajos. (Más precisión, por favor). Particularmente por el llamado “Niños en el cuarto”. Parece que la Anfitriona ha tenido a bien servirse del viejo recurso de recortar y pegar papeles, como Scafati lo hace regularmente, y lo hizo en las ilustraciones de “Drácula” –y que probablemente lo haya tomado también del Gringo Steadman, que es la posta-. Pero la Anfitriona lo ha hecho de una manera delicada, casi imperceptible (tanto que dudo si mi ojo me engaña). Hay algo que da más calidad a la propuesta, y es el pensamiento previo que esto implica y que uno adivina cuando ve el resultado. Un pensamiento claro a nivel compositivo, en la organización espacial, en las direcciones, en el manejo de las texturas, en la veladura blanca, todo da por resultado una imagen muy lograda. El dibujo encima cierra el círculo; no es una adición de recursos y elementos, es una imagen en dónde se integran de manera armónica.
Lo que vale para esta imagen, vale también para “Barrio de papel” (al menos en parte -porque allí no parece haber pegados-). Otra imagen con fuerza, que no por casualidad corona la cabecera del blog. (¿La rugosidad del cielo es la consecuencia de violentar el mismo soporte?). Y también vale para “Palo de luz”. Aunque su montaje sea más rústico, la rusticidad funciona y aporta a la construcción semántica.
“Sueños de alambrado” me parece más efectista. No es que en modo algún esté mal, sucede que la fuerte presencia del estarcido –supongo aerosol- de color blanco genera contraste más fácilmente. Pero concederse un facilismo no es pecado y, no obstante, allí esperan las piedras para quien se anime. El estarcido es un buen recurso para lo que se muestra; tendría una coherencia conceptual par hablar del afuera, de la calle, del exterior. Eso sí, lo verdaderamente destacable es lo que da nombre al dibujo; el alambrado está logrado de manera exquisita, pacientemente bordado y cortado, digno de la señora Dowek, aunque hay algo que formalmente me inquieta en el rostro que asoma.
Y si hay un punto que por momentos me parece puede mejorarse –no todos han de ser halagos para mi estimada señora- es la resolución formal que a veces toma nuestra entrañable Anfitriona para con la figura humana. “Chica en el barrio” es uno de los escasos ejemplos. Desde ya, esto es sumamente subjetivo y no constituye en sí una crítica a los dibujos en general, sino a algunos en particular (tal vez tampoco tenga el carácter de crítica, sino de puesta en común de una impresión). Me refiero a una presencia o ausencia de algo en algunos rostros que me parece necesitarían otra resolución. Apreciación que puede ser juzgada de poco argumentada, poco fructífera y es que me es imposible definir exactamente a qué apunta. Después de todo, es una sensación y estas cuestiones tienen asidero en lo irracional, y a ello recurro para salvarme del linchamiento general.

NN dijo...

(que palabra difíciles para verificar pone el coso este)

Pero me permito volver a lo que de verdad importa.
Otro rasgo notable de los dibujos o más bien de la misma Anfitriona es concebir imágenes de lectura inmediata; no porque sean simples, sino por su grado de síntesis. Un golpe de vista basta para presentar una escena y anclar al espectador.
Las paletas son cosa aparte, aunque ligadas a la oración anterior. El potencial de las paletas reside en su austeridad. Tienen la fuerza de un camafeo de grabado, el ímpetu de quién acota las posibilidades con buenos resultados. Porque por ahí en ese sentido las limitaciones de este tipo reducen prudencialmente las posibilidades de un hacer errático, pero una mala jugada puede ser rotundamente funesta. Ahí los colores salvan un trabajo, actúan como artificios que juegan a favor cuando las papas se arrebatan en el fuego. Lo otro es más arriesgado. El dibujo implica siempre un riesgo mayor a la pintura. El dibujo es esencia.

No tengo mucho más que señalar (el tiempo es irrecuperable y los comentarios extensos lo roban; además aburren a los que no están directamente implicados). Lo escrito arriba son apreciaciones en un marco de sumo respeto y a instancias de que todos saben de mi debilidad por la Anfitriona de este blog. Aunque revestido de alocución solemne, todo esto es –en verdad- poco serio, digno de un académico apócrifo.

Así que brindo por que este sitio se actualice con regularidad. Ha de seguir por esta senda, que esto se pone bueno. A esta altura es más que un brote.
Señora mía, un placer.

Salud.

todito