
Esta sentada y tiesa en una silla. Ella se mantiene erguida con una leve sonrisa, en la habitación de siempre.
Comienza a balancear su cuello de manera extraña intermitente y nerviosa.
Ahora con todos los pliegues de la piel bien marcados, su seño se frunce, su piel toma un color rosado potente, intenta con un enorme esfuerzo de que su sonrisa se perpetúe, pero en vano, el lateral izquierdo comienza a descender. Sus ojos miran profundos en la oscuridad, con un reflejo perfecto de la ventana que de repente comienza a deshacerse. Hace fuerza con las manos pero inevitable, cae el primer cuadrante por el lagrimal y se hace agua en esos poros q ya irritados se vuelven a humedecer con el siguiente cuadrante d la ventana q reflejada en sus ojos se deshace exactamente d la misma manera.
Y así es como se derrite suave, como la piel de su frente.
Comienzan a brotar gotitas y se deslizan empapando toda la superficie de sus mejillas. Y siguen las gotas con más fuerza y ahora ya desde todo su rostro se desprenden y caen incesantes. Cae más y mas agua d todo su cuerpo que se ve deslizándose de ella en ella al piso. Es así que estalla en un brotar de aguas, chorros y chorros d agua de las orejas luego de la garganta de las mejillas del cuello del pecho
Lenta y violentamente se deshace salpicando toda la habitación con agua de sus axilas, de sus costillas, de su ombligo
Y dejó de ser ella y sola. Ahora es agua que se evapora en el cuarto, en la silla y la ventana ya sin reflejo.
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